RESEÑA: A Wendy le encantaba todo lo relacionado con los gatos. Tenía carteles de gatos, gatos de peluche, camisetas estampadas con gatos. Por eso cuando vio un bonito colgante con la figura de un gato en la Gatitienda de la señora Bast, Wendy quiso comprarlo. La señora Bast le dijo que era peligroso, que pertenecía a unos seres extraños, los gatos humanos, una raza secreta a de la que nadie se animaba a hablar. Pero a Wendy no le importó. Hasta que se llevó el colgante a casa y vio que empezaba a salirle pelo por todo el cuerpo y garras de los dedos. No tardaría en arrepentirse.