SINOPSIS: Una mañana, Tato se despertó y encontró un enorme rinoceronte gris que dormía junto a su cama. Un rinoceronte con el que había soñado durante la noche. Otra mañana, cerca del rinoceronte dormido, apareció una bruja buena y amable. Y Tato comprendió que esa bruja venía de un sueño lindo que había tenido el rinoceronte y que los sueños, entonces, podían hacerse realidad. Sus padres tardaron un poco en acostumbrarse a esta situación, porque no era lo más común ir agrandando la familia: el rinoceronte había soñado con una bruja; y la bruja, con un astronauta ruso; y el astronauta, con ¡un caballero con armadura! La abuela de Tato aceptaba con más naturalidad a los nuevos miembros de la familia. Y después fueron llegando más y más soñados: una sirena, un mago y hasta un tiranosaurio rex. Sin embargo, Tato no era el único que hacía realidad sus sueños: sus padres fueron quienes lo habían soñado a él.