SINOPSIS: Azaña se funda en un criterio que el autor en una frase: "Literaria e Historia resultan crónica, en distinto idioma, de la misma experiencia humana total". El novelista se confunde así con el intérprete de la historia, cree que historia y literatura son casi intercambiables; y echa sobre sus hombros y una tarea ingente que le obliga a un delicadísimo montaje de documentos y de hipótesis imaginativas que han de completarse en una unidad superior a la vez fiel a los hechos y con hondura de interpretación personal. Así, el intento de Rojas evita igualmente la novela histórica y la de carácter político, buscando un cambio intermedio. Icaria, Icaria..., la novela de benguerel, inicia su acción en el barrio barcelonés del Pueblo Nuevo hasta 1922. La gangrena narra la vida de un ambicioso joven, huérfano de padre, que acaba convirtiéndose en rico y poderoso, pero pasando por tales bajezas humillaciones que al final del camino el triunfador se siente íntimamente vencido y su visión del mundo sobre una hondísima transformación.
