RESEÑA: Marta Lynch sigue a dos muchachos que terminan su servicio militar a través de los tristes placeres y la ilusoria libertad que la capital les proporciona: la plaza Italia, la Costanera, la prostitución en las villas miseria. La amistad que los une va revelándose paulatinamente como el simple disfraz de una relación más profunda, de íncubo a súcubo, de demonio a esclavo. En el campo, no el campo de la evocación nostálgica sino el del peonaje reducido y humillado, ese vínculo halla su culminación lógica; como en la tragedia, el final de Al vencedor impone piedad y temor: piedad por un destino oscuro y primario, temor ante el reconocimiento de una vida cotidiana hecha de desorden e injusticia, de golpes militares y anarquía, que la costumbre lleva a aceptar pasivamente.