El mundo de la prostitución siempre resulta sombrío, y más para una niña. Aquí la niña es Alexandra, y para ella la guerra de la vida adulta empieza con un fuego cruzado de violencia y ternura, que apunta hacia la felicidad. Los bares y prostíbulos de Pigalle son el telón de fondo de una aventura arriesgada que Alexandra emprende con la imprudencia y el entusiasmo propio de sus quince años: se trata, nada menos, de vengar a Véronique, su madre, y de buscar a un padre que ella nunca conoció.