Desde el instante en que Jenny aceptó el trabajo de canguro tuvo el convencimiento de que se había equivocado. La oscuridad y el crujido de los pasos sobrecogían. Y sobre todo aquella llamada telefónica. ¿estás sola? Pronto te llegará compañía. Aquello no era un juego inofensivo ¿se trataba de un maníaco?