Una densa niebla se desliza lentamente por las calles de Londres hasta los enfangados muelles del Támesis. El crimen encubierto ronda y amenaza el Imperio. Sólo un detective de extraordinarias facultades deductivas puede enfrentarse a esta plaga. Nos referimos a Sherlock Holmes, un hombre excepcional que te honra con su amistad. Por mediación de su ayudante, el leal y bondadoso doctor Watson, Holmes te confía de vez en cuando los casos que él no tiene tiempo de resolver. En esta fría mañana de octubre recibes un telegrama suyo rogándote que vayas al 221b de Baker Street, su residencia habitual. Sin duda, te pedirá que le ayudes de nuevo a combatir las fuerzas del mal que se han ensañado, esta vez, con unos oficiales de su Majestad Británica.