SINOPSIS: Desde que la misteriosa tÃa Silvia le puso una extraña especia en los fideos con queso, Sam sigue una ingeniosa dieta visual: ¡devora todo lo que ve! Y el chico no puede parar, ni siquiera cuando empieza a tragarse las cosas más repugnantes, comida para perros, tierra, detergente, incluso lombrices y cosas que no se pueden decir en voz alta y menos en público. Pero su problema no es lo que come, sino que no para de comer y engordar, y tiene miedo de reventar como una bolsa de basura demasiado llena. Infeliz. No sabe que lo peor aún no ha llegado. Porque cuando Sam entra en la tercera fase, comienza a mirar con voracidad a su perro, a sus amigos⦠incluso los árboles, el asfalto y las casas de su calleâ¦