La historia de Polonia está marcada casi desde su iniciación por su sentido cristiano y occidentalista, que no excluyó, empero, la asimilación de los grupos de otros pueblos inmigrantes que, como los judíos de la Europa occidental o los ortodoxos de Galitzia, buscaron refugio en su vasto territorio. La idea de la unidad nacional, sostenida por la Iglesia de Polonia, fue imponiéndose a lo largo de los siglos, no sin cruentas luchas y grandes obstáculos que habrían de subsistir hasta nuestros días. Ambroise Jobert, profesor de la Universidad francesa de Grenoble, ha consagrado al tema, en este breve pero sustancioso libro, toda la atención y el esfuerzo requeridos para ofrecer al lector una visión cabal, objetiva y rica en datos, de la historia del gran pueblo polaco. Singular relieve alcanzan las figuras de Boleslao el Valiente, primer soberano que ostentó el título real; Casimir el Grande, último representante de los Piast, iniciadores de las dinastías polacas; los Jagellones, que engrandecieron al país; Sobieski, vencedor de los turcos. Y, ya en épocas más actuales, las de Miekiewiez y otros patriotas que encarnaron, desde el exilio, el amor por la independencia de su país; la del mariscal Pilsudski, el gran estadista, etcétera. El libro dedica su dos últimos capítulos a exponer las vicisitudes de Polonia como escenario donde se inició la segunda Guerra Mundial, y los acontecimientos posteriores, hasta el presente.
