SINOPSIS: Esta sencilla obra es una recopilación de los tramos más recordados del movimiento de creación de nuestra Facultad de Ciencias Veterinarias, en 1972. Y de algunos importantes sucesos posteriores. Trata de recoger la memoria de varios cientos de protagonistas, fundamentalmente estudiantes, y vale en tanto dé cuenta de que esa lucha y la victoria lograda son patrimonio compartido de todos ellos. Si Usted fue estudiante de veterinaria entre 1966 y 1976, encontrará en este libro testimonios nostalgiosos, recuerdos, caras y nombres que conoció, y orgullo, mucho orgullo. Seguramente se reencontrará con quienes llevaron a cabo una utopía destinada a mejorar nuestro conocimiento profesional, a jerarquizar el contenido social de la carrera, a demostrar que los sueños pueden ser realizables. Razones más que suficientes, como para leer y revivir esta Crónica de una victoria. Pero, si Usted comenzó a estudiar ciencias veterinarias con posterioridad a 1976, y mucho más si lo está haciendo en este momento, tal vez desconozca la mayoría de los personajes y sucesos que aquí se narran. No por voluntad suya, sino porque durante oscuros y trágicos años de nuestra historia fueron escamoteados, ocultados, olvidados. Este libro será para usted un engarce con todos aquellos que lo precedieron y con los que se incorporan a la carrera año tras año. Una manera de tomar conciencia de que su facultad actual tuvo un origen que excedió con creces las meras formulaciones académicas, los condicionantes administrativos y los regímenes políticos. Seguramente, ya le estarán picando las ganas de comenzar con la lectura. Atrévase, no se va a arrepentir, se lo aseguramos. Finalmente, su Usted no pertenece a ninguna de las categorías previas, pero es amante de las luchas que no se abandonan, de las utopías que finalmente se alcanzan, lea este libro con ganas. Nuestra batalla no fue más titánica que otras muchas que han librado y librarán los movimientos sociales. Solo debimos mancomunarnos detrás de un objetivo, darnos una organización y generar una mística. La condición restante eran los ejemplos. No nos sobraron, por lo que nos los dimos a nosotros mismos con la persistencia de la entrega militante, el coraje riesgoso de nuestra juventud y el arma infernal de la alegría. Perdimos algunos responsables de la victoria, que están siempre presentes. Con estos párrafos también homenajeamos a todos y todas quienes asumieron la gesta de ser mejores, como personas y como profesionales. Entonces amiga o amigo no veterinario, léalo, estas cosas a veces s contagian, le diría, y mire que siempre hay necesidad de persistir, de militar, de tener coraje, de no perder la alegría y de no olvidarse de lo y las luchadores.
