Es frecuente leer u oír decir que, en 1810, el territorio argentino tenía una superficie de 4.800.000 km2 y que, al segregarse varias naciones que ahora son nuestras vecinas, esa extensión se redujo a 2.800.000 km2. En consecuencia, según este particular enfoque, nuestros antepasados históricos, al parecer, herederos únicos e indiscutidos del vastísimo espacio que hasta el 25 de mayo de 1810 pertenecía exclusivamente al Virreinato del Río de la Plata, tendrían la responsabilidad de haber perdido nada menos que 2.000.000 de km2. El análisis de los hechos que conforman la epopeya de la emancipación hispanoamericana y la gloriosa gesta de nuestra formación y expansión nacional permiten, a mi juicio, afirmar con absoluta seguridad que la realidad es totalmente distinta. El objetivo fundamental de este libro es demostrar que los 2.800.000 km2 que componen el actual territorio continental argentino fueron conquistados partiendo del cero, a través de una lucha armada de más de cien años, enfrentando toda clase de enemigos, resistencias y obstáculos. Otro de los propósitos es destacar el importantísimo papel que cupo a Buenos Aires y las Provincias Unidas en el logro de la hegemonía en el río de la Plata y en la conquista de territorios sudamericanos para la independencia y constitución de las repúblicas del nuevo mundo. Y, por último, poner en evidencia las conquistas argentinas realizadas en el curso de este siglo en las tierras y mares del lejano sur atlántico y antártico.
