Barbapedro y otras personas es un estupendo y muy divertido libro compuesto de cuatro cuentos recomendados para niños de diez años en adelante. El primero de ellos se llama precisamente «Barbapedro», pues ése es el nombre del abuelo del niño que cuenta la historia. Barbapedro había sido un marinero famoso en su región, y ahora era un anciano un poco extraño: vivía en su barco, anclado al puerto, porque cuando bajaba a tierra sentía que le movían el piso. Para él no había nada más firme que la cubierta de su barco, que estaba siempre en movimiento. Además, era buenísimo para curar animales, y la gente del pueblo le llevaba sus mascotas enfermas, pero a veces ya no iban a recogerlas o se tardaban en ir por ellas, así que el barco estaba lleno de perros y gatos y otros animales. A su nieto le gustaba mucho escuchar sus historias de aventuras en el mar... En «Gualberto» nos cuentan la historia de la señora Susana, una señora muy modosita y bien portada que se dedicaba, sobre todo, a cuidar las plantas de su terraza en un edificio de departamentos de una ciudad de Argentina. A todos les encantaban sus plantas. Pero un día se dio cuenta de que en una de sus macetas estaba creciendo una planta desconocida. No sabía ni cómo había llegado ahí, pero eso a ella no le importó y se puso a cuidarla como a las demás. Sin embargo, la desconocida creció con mucha rapidez, y bastante más que sus demás plantas. Así que Susana fue a una biblioteca y pidió prestado un libro sobre plantas y árboles, y descubrió entonces que su planta, a la que ya había bautizado como Gualberto, era un ombú, un árbol que llega a crecer hasta 15 metros de altura. Sin embargo, ella no era la única en haberse dado cuenta que se trataba de un ombú y que estaba creciendo desmesuradamente. Así que Gualberto fue la causa de algunos problemas con los vecinos de Susana... El tercer cuento es «La Lilí de San Cristóbal» acerca de una perrita con problemas de conducta. Lilí vive en la casa de Bettina y sus papás. Es una perrita pinta muy mona, pero cuando la dejan sola en la casa tiende a comerse todo lo que está a su alcance: libros, pedazos de muebles, tapetes, zapatos, y hasta la cartera del papá de Bettina, con todo y su sueldo. La familia quiere mucho a Lilí pero la perrita los exaspera, y cuando la regañan le dicen «Liliana», su nombre completo, y Lilí se agacha y se tapa los ojos con una pata. Cuando las cosas llegan al colmo, la familia de Bettina se ve en la necesidad de contratar a alguien que la eduque, y así es como entra en escena un profesor extranjero de nombre Ronald, que habla con un fuerte acentou americanou... Y el cuarto cuento, «Horacio», es mi preferido: resulta que Horacio es un gato negro que vive con una familia y es mimado por todos, el papá, la mamá y los niños, pero un día se da cuenta de que llegan a la casa con un nuevo inquilino, un conejo blanco, al cual guardan en una jaula en la sala, y al que todos cargan, le hacen cariños y hasta se lo llevan a dormir a la recámara de los niños. Y claro, Horacio se pone celoso del conejo. Entonces se pone a barajar sus opciones, y decide realizar lo más difícil (¿y qué importa?, Horacio es un gato con mucha voluntad): decide convertirse en conejo para que lo traten igual...
