El protagonista de los dos episodios del libro es un apasionado bibliófilo. En el primero, Bonnard presta su ayuda a una joven viuda y al huérfano de un pobre vendedor de almanaques. Pasan muchos años: el viejo estudioso anda a la búsqueda de un precioso manuscrito de la Leyenda dorada. Un día lo recibe de regalo: se lo manda una misteriosa princesa, que no es sino la viuda a la que mucho tiempo atrás socorrió. En el segundo episodio Bonnard arrastra toda clase de riesgos y peripecias para conseguir que le sea reconocida la tutela de una joven, Jeanette, sobrina de Clementine, el gran amor desdichado de su juventud. Para darle una dote, se resigna además a vender sus amados libros. Pero al preparar la lista por la noche no sabe renunciar a sustraer algunos ejemplares, los que le son más queridos, a la dote de su pupila: éste es el delito de Sylvestre Bonnard, hombre de acrisolada probidad.