SINOPSIS: Con verdadero placer vengo a presentar la muestra Miró, caminos de expresión a su llegada al Río de la Plata, al Centro Cultural Borges de Buenos Aires; y al Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo. Haber incluido estas escalas en su breve itinerario sudamericano representa un gesto de amistad que no puede pasarse por alto. Y también refleja un honor y un reconocimiento al desarrollo cultural de nuestros países, que agradezco especialmente como uruguayo orgulloso de un país que ha dado al mundo del arte pintores de la talla de Blanes, Sáez, Figari, Torres García, Barradas, Cúneo, Blanes Viale y De Simone. Hace muy pocos años, y con motivo de una importante retrospectiva de la obra de Barradas en España, la crítica especializada reconoció el papel que este uruguayo había desempeñado en el campo de la plástica en la Madre Patria, al punto de considerarlo el introductor de las vanguardias. Y más aún, un crítico aventuró la hipótesis de que, en su período ultraísta, Miró había recogido la influencia del uruguayo. Mi admiración por Miró excede largamente esa tardía reivindicación de Barradas. Y se vincula con esos espacios infinitos, de fuerte acento lírico, que religan al espectador con el cosmos. Estoy seguro que esta exposición habrá de constituir uno de esos hitos culturales que perduran en la memoria colectiva. La experiencia de un encuentro directo con la obra del genial catalán se convertirá, además, en una muy especial fuente de gratificación sensible. Experiencias como ésta, se sabe, siempre tienen consecuencias.