Manuela Sáenz fue el último gran amor del Libertador, Don Simón Bolivar. Lo acompañó durante sus últimos ocho años, donde la realidad política que lo mantenía al vilo, y lo aquejaba inclusive, había sido lo suficientemente dura como para terminar matándolo de tuberculosis. Manuela siempre lo ayudó. Manuela siempre lo amó. Con un carácter intempestivo, eufórico, calculador aunque inconsciente en muchos casos, Manuela se entregaba a su amor y a su odio, sin limitar de ningún modo a su emoción. Y siempre le fue fiel al Libertador, aún después de su muerte. Las cuatro estaciones de Manuela es un libro de Victor Von Hagen, que recorre, justamente, las cuatro estaciones de La Sáenz, y las peripecias ocurridas durante su romance con el Libertador. Repasando los más significativos momentos de la Revolución libertadora de América Latina, nos adentramos en el mundo de personajes tan míticos como los que fueron nuestros propios fundadores.