La clave de estos cuentos radica en la intensidad con que cada palabra fue elegida y valorada. Hay un minucioso trabajo de rigurosidad semántica al servicio de una puesta efectista del conflicto. Han sido reescritos y modificados por Quiroga hasta que alcanzaron, a su juicio, la más alta significación narrativa. En Cuentos de amor de locura y de muerte, exhibe lo que teoriza sobre el género: 'En literatura, el orden de los factores altera profundamente el producto', ya que 'el arte mínimo del cuento debe valerse de ligeras hermosuras, pequeños encantos muy visibles, que el cuentista se preocupado diseminar aquí y allá por su historia'.