La novela, que está situada temporalente en el lejanísimo año 2.400 se desarrolla en Castalia, la gran fuente del conocimiento, y cuna del mentado juego, en la que solo se entra por selección, algo que se lleva a cabo mediante un meticuloso seguimiento de todos los niños para descubrir a aquellos talentos excepcionales que merecen dicho honor. Castalia, no obstante se está acomodando demasiado en su elitista y ficticio mundo y supone un gasto cuantioso para el estado lo que lleva al protagonista de la obra a reflexionar sobre la legitimidad de dicho lugar así como de sus normas y a contrastar su experiencia con gente del «mundo real», especialmente con aquellos que acuden como oyentes a Castalia pero que tienen vida fuera de allí, entre los cuales encontrará a su verdadero contrapunto, algo que le marcará de por vida y que estará siempre ligado a su destino.