El título es engañoso porque induce a suponer que se trata de una novela gótica o de terror, pero es solamente un rasgo de ironía, una muestra del humor inglés que se manifiesta desde antes de abrir el libro. El tema desarrollado es el del artista secreto a quien sale el tiro por la culata. Priam Farll es un hombre tímido y sin ambiciones sociales, lo cual no quita que sea también un buen catador de los placeres terrenales. Le gusta pintar y acaba convirtiéndose en famoso. Los compradores que desembolsan elevadas sumas de dinero por sus cuadros no están dispuestos a permitir que viva tranquilamente ejerciendo su oficio y disfrutando de la vida. La admiración y los precios astronómicos de sus lienzos justifican que Priam Farll sea considerado una propiedad pública. Las desgracias de Priam se disparan cuando, para escapar a esa aterradora realidad, se hace pasar por su ayuda de cámara muerto, a quien suplantaba también en vida. Entre los enredos a que da lugar esa sustitución para vivir en el anonimato, destaca su matrimonio con Alice Challice, uno de los personajes motores de la obra.