RESEÑA: El rey era ya muy viejo. Se notaba en que tenía la barba blanca y los ojos tan cansados que no veía un dragón a tres pasos. Pero era un rey bueno, el mejor que había tenido aquel reino en toda su historia. El reino era pequeño y no demasiado rico, así que no había más que tres ministros: el Ministro de Defensa, que era coronel; el Ministro de Economía, que era muy inteligente; y el Ministro de Todo lo Demás, que era muy emprendedor.