Argentina : Museo Nacional De Arte Decorativo, 1996.
Notas:
SINOPSIS: Carlos Cañás integra el reducido grupo de artistas locales de primer nivel que en los últimos años ha conducido talleres de pintura en nuestro Museo. Espíritu de creador riguroso y extremadamente sensible, la convivencia diaria de Cañás con las entrañas y los ámbitos de esta casa lo ha inspirado para llevar a cabo una suerte de celebración integradora entre esos ámbitos densos de objetos, colores, texturas e historia, y su propia poética plástica, sensible y rigurosa; entre la entraña viva del Museo y la expresividad entrañable del artista. No es secreto para nadie mi escaso interés por presentar muestras convencionales de pintura en nuestros salones. Es que no se trata de una relación fácil; la fuerza ornamental del Museo devora las obras o bien la exposición de las obras anula completamente al Museo. Es preciso encontrar un argumento que posibilite el diálogo, sea a través de la afirmación plena del mutuo contraste, como sucedió con la recordada exposición de Tapies, en 1992 o en la puntual coincidencia cronológica (no estilística) entre continente y contenido, tal como se produjo este mismo año con las veinte notables pinturas de Guttero, Berni y Xul Solar. En el caso de Cañás tanto la obra como el montaje prometen establecer el sentido de un diálogo que no consiste en el eco fácil de la duplicación ni en el manifiesto autosuficiente del artista. Las obras estarán dentro de un espacio determinado, pensadas como participantes y abiertas al rico juego de adhesiones y oposiciones que el mismo espectador, en definitiva, será el responsable de establecer. Y en esa interdependencia que no anula, sino que potencia la comunicación plena de cada persona, entro de la trama total, reside el interés y la riqueza de esta nueva presentación.