RESEÑA: La historia empieza en Londres; concretamente, en una tienda de antigüedades regentada por un anciano, del que nunca sabremos el nombre. Con él vive su pequeña nieta, Nell Trent, que es huérfana. A pesar de la pobreza en la que se encuentran, ambos intentan salir adelante. Su estimación, el afecto que sienten el uno por el otro, hace que sigan unidos ante la adversidad. No obstante, el abuelo sufre al ver el destino de su querida Nell. Sabe que le aguarda una vida de miseria y está empeñado en remediarlo. Para ello, acude a un prestamista, Daniel Quilp, un enano deforme, repulsivo y perverso âaquí tenemos al malvado de la historiaâ que les hará la vida imposible a nuestros protagonistas. Cuando las deudas contraídas por el abuelo se hacen insostenibles, Nell recurre a una acción desesperada: abandonar la ciudad y emprender un peregrinaje por Inglaterra; solos, sin ayuda de nadie, sin ningún techo en el que refugiarse, desamparados. Huyen para encontrar una vida mejor y librarse de Quilp. Lo que no se imaginan es el arduo camino que deberán recorrer para alcanzar ese objetivo. A Dickens ese viaje también le sirve para introducir toda una serie de personajes de lo más extravagantes que enriquecen la narración: titiriteros, feriantes, domadores, dueñas de museos ambulantes, maestros...