RESEÑA: Los intérpretes se inicia de manera abrupta sin darnos tiempo a recolocar la mente para iniciar la lectura. Al igual que en La estación del caos, nos introduce en el centro de la trama, sin más explicaciones. Escrita en 1965, tras el sueño frustrado de las independencias, cinco años después de que Nigeria obtuviera la suya, truncado cualquier atisbo de esperanza en un futuro mejor y más justo, el primer nobel de literatura africano escribe sobre cinco amigos residentes en Lagos y representantes de la nueva sociedad nigeriana, y ahonda en sus decisiones y en su desconcierto, sin dejar de lado el sentido del humor.