Ningún otro hombre público argentino de este siglo encarnó como Arturo Frondizi (1908-1995) la imagen del político intelectual. Protagonista de los episodios centrales de la historia política argentina, Frondizi parecía el único que, cuando ganó las elecciones presidenciales en Argentina, estaba en condiciones de responder a dos grandes preguntas que dejaba el derrocamiento de Perón en 1955: qué hacer con las masas y qué hacer con el capitalismo argentino.
