El joven don Mariano José de Larra, de tan cara memoria, es uno de estos espadachines de tinta y papel, que acometiendo de recio contra las costumbres rutinarias de su patria, contra un orgullo nacional, mezquino y mal alimentado, contra hábitos de pereza y de abandono, supo abrirse paso por entre el odio y la enemistad de sus contemporáneos, a quienes hirió de muerte en sus preocupaciones, labrándose una reputación que le sobrevivirá largo tiempo, y que es hoy uno de los raros y c4!oriosos timbres de la corona literaria de la España moderna: Tal el juicio de Sarmiento sobre Larra (1809-1837), liberal, romántico, afrancesado, autor de algunas poesías, de un drama y una novela, pero sobre todo periodista de genio: observador sagaz y crítico penetrante, sus artículos en la prensa lo erigieron en el primer escritor de su tiempo, según juicio de Clarín (Leopoldo Alas) compartido por muchos otros. En el Estudio preliminar a este volumen Eduardo Romano puntualiza la relación entre Larra y su época, a la vez que analiza rigurosamente su obra. centro editor de américa latina.
Nivel Bibliográfico:
Monográfico
Nota normalizada:
CONTIENE: El castellano viejo; El casarse pronto y mal; Vuelva usted mañana; Yo quiero ser cómico; El sí de las niñas; La planta nueva o el faccioso; El ministerial; Dos liberales, o lo que es entenderse; ¿Entre qué gentes estamos?; La sociedad; Modos de vivir que no dan de vivir; Literatura; Fígaro al director de El Español; Panorama matritense; Día de difuntos de 1836; Ya soy redactor.