Peyramaure nos presenta a una Cleopatra totalmente alejada del trillado cliché de desalmada devoradora de hombres. Excepcionalmente bella, majestuosa, sensual y apasionada, pero también muy inteligente, culta, valerosa y hábil estratega; un personaje que se debate entre sus sentimientos como mujer y sus deberes y obligaciones como reina de Egipto, último bastión de una civilización que se hunde bajo el dominio de Roma.