Buenos Aires : Asociación amigos Centro Cultural Recoleta, 2000.
Serie:
Telefónica
Notas:
La obra de Demirjian se centra en la figura humana y dentro de la llamada neofiguración. Este movimiento se inició en nuestro país a comienzos de los años sesenta. Significó un retorno a la figura, luego del enfrentamiento que dividió el campo plástico entre abstractos y figurativos La neofiguración estableció una relación dialéctica entre la figura y el espacio que la circunda. En esta vuelta a la figuración, el espacio ejerce una tensión constante que llega a la constricción y al encierro de la figura humana. El problema figura-fondo es fundamental en la obra de Demirjian, tanto desde el punto de vista semántico como morfológico. El dibujo permite una mayor libertad de acción y de experimentación que la pintura. En muchos casos Demirjian recurre a un automatismo, que sin caer en el surrealismo le permite liberarse del control de la conciencia sobre la forma En sus pinturas recientes, las escenas han sido reducidas a conjuntos isomorfos de objetos y fragmentos de cuerpos humanos. Demirjian desestructura la lógica escénica para fundir aún más el objeto con la figura humana, perdida en su unidad, fragmentada y desjerarquizada.