En este libro de Fabián Sevilla, los vampiros, a quienes Drácula, el más famoso de todos ellos, llevó a la fama, nos obligan a mostrar los colmillos. Claro que no para morder, sino para soltar una carcajada. Los once cuentos que integran este ejemplar componen un humorístico muestrario de absurdos y desatinos. A la vuelta de cada página, el lector verá desfilar una erie de disparatados personajes. Cobra vida, por ejemplo, el mismísimo Drácula, que harto de contratiempos, resuelve tomarse unas vacaciones o una chica enamorada de un niño lobo al que decide cuidar del moquillo. También se muestran un chico invisible, el señor Peter Cantropus, una esqueleta presumida, fantasmas que intentan espantar y son espantados, alimañas que se rebelan contra el sarro de las cañerías y la vaca. La vaca. La útil vaca, según Sevilla, que, como todos saben, es un animal todo forrado de cuero, con cuatro patas tan largas que le llegan hasta el suelo.