SINOPSIS: Don Juan Matus definió el ensueño manifestando que era el acto de utilizar los sueños normales como puerta de entrada que conduce a la conciencia humana hacia otros ámbitos de la percepción. Esta definición implicaba, para él, que los sueños comunes podían ser usados como una escotilla que guiaba la percepción hacia otras regiones de energía, diferente de la del mundo de la vida cotidiana y, sin embargo, sumamente similar a ésta en su núcleo básico. El resultado implicaba la percepción de mundos verdaderos en los que se podía vivir o morir, mundos increíblemente distintos del nuestro y, al mismo tiempo, sumamente similares. «El ensueño únicamente puede ser experimentado. Ensoñar no es tener sueños; tampoco es soñar despierto, ni desear, ni imaginarse nada.A través del ensueño conseguimos percibir otros mundos, los cuales podemos ciertamente describir, pero no alcanzamos a describir lo que nos hace percibirlos. Sin embargo, podemos sentir cómo el ensueño abre esos otros reinos. Ensoñar parece ser una sensación, un proceso en nuestros cuerpos, una conciencia de ser en nuestras mentes.