RESEÑA: Las voces de estas cuatro mujeres que comparten lazos de sangre, vivienda tutelada y la etiqueta de discapacitadas intelectuales porque son incapaces de respetar los códigos sociales, nos cuentan cosas que merece la pena oír no solo porque suponen un desafío, sino porque, sin pretenderlo, sus discursos son tan esclarecedores como divertidos. Date el gustazo de conocerlas y "oírlas" hablar.