SINOPSIS: Nuestro siglo XVII, calificado por algunos historiadores como "una larga siesta provinciana", fue, por el contrario, un período de cambios, adaptaciones, encuentros y desencuentros entre miembros de una sociedad compleja que presentaba tanto las violentas características de la conquista como las más integradoras del mestizaje biológico y cultural. Esta pintoresca sociedad, con resabios medievales y renacentistas, pero al mismo tiempo muy influida por las culturas prehispánicas de cada región, propició el surgimiento de toda clase de personajes novelescos. Uno de los más interesantes y complejos fue, sin duda, el llamado "falso Inca Bohórquez". De origen granadino, "Pedro había heredado la gracia chusca del andaluz, la predisposición a la poesía del moro y la arrogancia del caballero español". Como muchos de sus compatriotas, el andaluz viajó al Nuevo Mundo con el anhelo de descubrir ciudades de oro y plata, más concretamente la ciudad del Paitití, de la que había oído hablar en su infancia. Pedro era encantador, astuto, verborrágico y, sobre todo, un habilísimo negociador: a cada grupo españoles, indios, evangelizadores le decía lo que quería oír. El resultado fue una vida de aventuras, con una fuerte presencia de lo indígena, que culmina con su coronación como Inca en la pequeñísima y remota ciudad de Pomán. Cuatro siglos después, los escenarios donde transcurre esta historia, selvas peruanas y Valles Calchaquíes siguen presentando casi la misma fisonomía de entonces. Sobre la base de una investigación impecable y con la gracia y el talento que caracterizan todos sus escritos, Lucía Calvez ofrece aquí su primera novela, Titaquin, el Inca andaluz, una historia fascinante que merecía contarse como lo hizo ella, con la fuerza de los datos reales y el vuelo de la ficción.