RESEÑA: Tal vez el problema sobre el que gira todo el pensamiento de Kierkegaard sea el de cómo dar sentido a la vida. Una vida y tres posibilidades. Situando la existencia concreta en el núcleo de su pensamiento, fue él quien forjó el adjetivo existencial, Kierkegaard, concibe la vida en tres estadios, que (¡mucha atención!) no son tres etapas sucesivas o prefijadas de un itinerario vital, sino cursos posibles para el rio de la vida. O lo que es lo mismo: tres maneras de pensar, de vivir y de actuar concretas y que conducen a maneras de ser y de actuar determinadas. Cada uno de estos estadios, y cada uno de los abismos a que cada estadio nos aboca, implica una relación específica con uno mismo y con el mundo.