RESEÑA: Todas las mañanas Benito salta de la cama a las seis en punto, se come dos zanahorias mientras lee el periódico, lava los platos, barre, quita el polvo de los muebles y riega el geranio. Luego se sienta en el sillón y contempla extasiado su casita limpia. Todas las mañanas, Melosa duerme hasta tarde. Se prepara dos panecillos con miel y una olla de chocolate caliente. Después, habla un rato por teléfono. Y cuando termina, es hora de echar una siesta. ¿Podrán Benito y Melosa ser amigos? ¿No creo que haya ninguna posibilidad! Pero espera: han llegado los hermanos de Melosa. ¿Podrán ayudar?