Un nuevo caso para la forense Kay Scarpetta. El cadáver de Theodore Andrew Edding ha aparecido bajo el agua, tras una supuesta sesión de inmersión. La forense Kay Scarpetta se encarga del caso y empieza a recibir llamadas telefónicas con identidades falsas, al tiempo que se producen comportamientos sospechosos por parte de sus colegas, intrigantes visitas nocturnas y molestos sabotajes. Ante esta situación, a Scarpetta no le queda más remedio que encerrarse en su laboratorio y no dejar ningún indicio por investigar.