Comienza con una loa satírica a la manera del autor griego Luciano de Samósata, cuya obra había sido traducida hacía poco al latín por el propio Erasmo y por Tomás Moro. Tras esto, el tono se ensombrece con una serie de discursos solemnes, en los que la estulticia hace un elogio de la ceguera y la demencia y en los que se realiza un examen satírico de las supersticiones y de las prácticas piadosas y corruptas de la Iglesia católica, así como de la locura de los pedantes. El autor había regresado recientemente de Roma profundamente decepcionado y donde se había lamentado de la evolución que veía en la Curia Romana; poco a poco la locura toma la voz de Erasmo. En la obra se hace una relación puntual de las ventajas de la Estulticia sobre la Razón; señala cuán felices son los hombres cuando viven arropados por la necedad, situación de la que no escapan ni siquiera los Gramáticos, los Filósofos, los Teólogos, los Papas, los Obispos Germánicos, los Reyes ni los Príncipes. La estulticia se presenta ante un auditorio donde desarrolla un elogio de sí misma, logrando que su sola presencia desarrugue entrecejos y produzca cálidas sonrisas. Enumera una por una sus cualidades, vanagloriándose de que sus muchos beneficios se reparten entre todo tipo de personas: desde el vulgo que se contenta con pláticas de viejas, hasta los reyes y eclesiásticos que se embriagan con toda clase de diversiones. La ignorancia da razón de sus orígenes, de sus padres y del cortejo que la acompaña en su tarea de hacer más agradable la vida del género humano; se lamenta de quienes reniegan de su nombre, pese a ser grandes beneficiarios de sus dones; efectúa una sátira de los leguleyos y de los médicos; de los estudiosos exhibe su desdén y patanería, dejando en claro que las mujeres prefieren la compañía de los necios; exhibe a los comerciantes, describiendo cómo son sus indulgencias la llave para seguir cometiendo sus fechorías; del clero, desde los mendicantes hasta el Papa, muestra qué tan cerca están de la vanidad como lejos de Jesucristo.
Nivel Bibliográfico:
Monográfico
ISBN:
950-614-208-4
Páginas:
225 p.20 x 13 cm.
Nota normalizada:
CONTENIDO: Introducción; Tema del discurso; Defensa de la propia alabanza; Cara a cara de la Necedad; Sinceridad de la Necedad e ingratitud de los sabios para con ella; La Necedad imita a los retóricos; Progenie de la Necedad; Patria y crianza de la Necedad; El cortejo de la Necedad; La Necedad, por los favores que dispensa, es semejante a los dioses; Poder de la Necedad en los orígenes de la vida; El placer como bien supremo; Íntima relación de la infancia y la vejez con la Necedad; Los beneficios de la Necedad son superiores a los de los dioses, porque hace duradera la juventud y aleja la vejez; Necedad de los dioses; Supremacía de la Necedad sobre la razón; La mujer, encarnación de la necedad; Importancia de la necedad en los banquetes; La necedad es la base unitiva de la amistad; La necedad es la conciliatorio del matrimonio; La necedad, vínculo de toda sociedad humana; Papel que desempeña Filaucia, hermana carnal de la necedad; La necedad es la causa de la guerra; Inutilidad de los sabios para todos los menesteres de la vida; Continúa la misma materia; Importancia política de la necedad; La vida humana no es más que un juego de necios; Las artes, fruto de la vanagloria; La verdadera prudencia se debe a la necedad; La necedad conduce a la sabiduría, intolerable condición de los que el vulgo tiene por sabios; Las calamidades humanas, remediadas por la necedad; Elogio de la ignorancia; Ciencias que más se conforman con la necedad; Los animales son más felices que el hombre; Ventajas que los necios tienen sobre los sabios; Continúa la misma materia; Continúa el mismo asunto de los dos capítulos anteriores; Relaciones de la necedad con la locura; Algunas formas de la necedad; La superstición, como forma de necedad; Sigue la misma materia del capítulo anterior; Importancia que tiene el amor propio en los individuos; Importancia que tiene Filaucia en los pueblos; Loores de la Adulación; La felicidad depende de la opinión de los hombres; Liberalidad de la necedad; Culto universal de la necedad; Formas vulgares que reviste la necedad; Formas más elevadas de necedad; La fortuna favorece a los necios; Testimonios de los antiguos clásicos a favor de la necedad; Testimonios de la Sagrada Escritura en apoyo de la necedad; Continúa la misma materia. Falsos intérpretes de las palabras de la Sagrada Escritura; Continúa la misma materia. Elogios de San Pablo a la necedad; Afinidad de la religión cristiana con la necedad; La suprema felicidad es una especie de locura. El misticismo. Epílogo.