Oscurecidas por la preponderancia que las ideologías y políticas librecambistas mantuvieron a lo largo de nuestro siglo XIX, las tendencias proteccionistas no dejaron por ello de manifestarse con bastante asiduidad. Pero casi siempre el establecimiento de gravámenes a las importaciones expresó los intereses corporativos de algún sector productor claramente individualizado o bien reflejó las necesidades fiscales de gobiernos a los que los aranceles aduaneros proveían del grueso de sus rentas. Fue en la década de 1870 cuando se asistió por primera vez a la articulación de un programa de nacionalismo económico, asociado a proyectos de industrialización. José Carlos Chiaramonte estudia el nacimiento de esta corriente proteccionista, sus raíces en la crítica de las políticas económicas vigentes por parte de sectores afectados por la crisis lanera desencadenada en 1866 y en la acción del grupo de intelectuales y políticos encabezado por Vicente F. López, la posición del incipiente patronato industrial, la culminación del movimiento en los debates parlamentarios de 1875-76 y su posterior declinación, que no impide ver en él un antecedente de tendencias industrialistas posteriores, menos vinculadas a factores puramente coyunturales.