El tema del desarrollo industrial argentino a lo largo de las cuatro primeras décadas del presente siglo (XX), de los factores que lo impulsaron, sus ritmos, peculiaridades, alcance y limitaciones, se ha constituid en uno de los puntos centrales de nuestra historia económica. Ello no se debe solamente a la obvia importancia que tiene de por sí, sino también a su condición de eje en torno al cual gira la polémica acerca de las características, e incluso sobre la existencia misma, de una burguesía nacional con intereses diferenciados de los que son propios del capital extranjero y de los sectores terratenientes locales. El presente trabajo de Eduardo Jorge está signado por una clara torna de posición ante el problema. Apunta a poner de relieve la baja concentración industrial reinante hasta los años treinta y, en particular, el surgimiento de una constelación de empresas pequeñas y medianas cuya titularidad podría localizarse entre las capas medias de origen inmigratorio. En suma, según el autor, un sector social que, si no llegó a articular en ese período un partido industrialista, tendría notable incidencia en la configuración de la alianza de clases que sustentó a los nuevos protagonistas que ocuparon la escena política a partir de 1943.