El fileteado porteño es un arte popular que se originó en las fábricas de carros a princípios del siglo XX. Al margen de las academías y de las reivindicaciones estéticas los maestros fileteadores desarrollaron composiciones y motivos cada vez más complejos, de cuidadosa ejecución cuyas marcas estilísticas perduran hasta hoy. Sin saberlo, estaban creando una iconografía de colorido vivaz, con frases ingeniosas y volumen simulado que perduró en el tiempo mucho más que los carros, los camiones y los colectivos prohibidos de la década del 70'. En la actualidad, el fileteado porteño -al igual que el tango- se ha convertido en una manifestación cultural característica y tradicional de la Argentina, una especie de diseño local que es reconocido más allá de sus fronteras.