Elena pone atención sensible en sus flores y en el mundo que la rodea. Es una niña que cuida con amor sus plantas, les da abrigo, agua y sol, y por eso, cuando encuentra sus flores favoritas todas marchitas y secas, inventa un camino diferente, un camino que involucra a seres muy distintos a ella. Elena nos invita a hundir nuestras manos en la tierra y a excavar hasta encontrar soluciones a los problemas más profundos. Qué bella invitación nos hace... a sumergirnos con ella y perdernos en el camino que propone, tan sincero, preguntón y valiente...