Buenos Aires es una ciudad maravillosa: tiene inviernos muy fríos y días muy calurosos, taxis, trenes, policías y ladrones, calles ruidosas y mucha pero mucha gente que camina de aquí para allá. Todo o casi todo lo que tiene cualquier ciudad. Pero, ¿cómo sería si tuviera un aprendiz de brujo capaz de transformarla?