RESEÑA: Anna es una asistente de preescolar que vive en una dacha fuera de Leningrado con su padre Mijaíl y su hermano pequeño Kolya. En junio de 1941, Alemania invade la Unión Soviética y se acerca a Leningrado. La familia de Anna, al igual que miles de otras, huye hacia la seguridad de la ciudad. Mijaíl se alista en los Voluntarios del Pueblo para luchar contra los alemanes que avanzan, mientras que Anna y miles de otras mujeres cavan trampas antitanque en las afueras de la ciudad. Para septiembre, el ejército alemán ha superado las defensas exteriores de Leningrado y ha rodeado la ciudad, cortando sus suministros de alimentos. Con la llegada del invierno y estrictos racionamientos de alimentos, la vida se convierte en una lucha para los habitantes de la ciudad. Andrei, un estudiante de medicina del hospital, lleva a casa a un Mijaíl herido al apartamento de Anna. Las frecuentes visitas de Andrei para cuidar a su padre los acercan, y él se muda con ella y Kolya. El invierno de 1941-42 es brutal, y luchan contra las temperaturas bajo cero y la amenaza de inanición. Los suministros de alimentos limitados llegan por la carretera de hielo sobre el lago Ladoga congelado, pero no son suficientes para alimentar a la ciudad de más de tres millones de personas. Mijaíl nunca se recupera de sus heridas y muere. Anna y Andrei no pueden enterrarlo porque están demasiado débiles. Para mayo de 1942, el cerco alemán de Leningrado sigue en pie, pero con el deshielo de la primavera, se abren nuevas rutas de suministro a la ciudad, trayendo alimentos y suministros vitales. El racionamiento se aligera y, aunque los sobrevivientes de la ciudad siguen hambrientos, ya no están al borde de la inanición. Anna, Andrei y Kolya han sobrevivido, y aunque aún están débiles por la desnutrición, disfrutan del aire libre bajo el sol. La escuela infantil ha reabierto y Anna está ocupada nuevamente. Entierran al padre de Anna junto a miles de otros. La mitad de la población de Leningrado murió ese invierno.