RESEÑA: Suele decirse que no hay nada más antiguo que un diario del día anterior, pero la afirmación es inexacta en la Argentina, donde la recurrencia de situaciones hace que la vigencia de la información se mantenga, con modificaciones menores. Por eso, los monólogos de Tato, escritos por Santiago Varela (autor de Peligro, familial, también publicado por Ediciones de la Flor), divierten doblemente a la luz de los acontecimientos posteriores a su emisión. Si bien el gesto, el tono y la comunicación corporal de ese gran actor que es Tato Bores, agregan a las palabras matices irrecuperables en la alegada frialdad de la letra impresa, estos textos se leen como si se oyeran ante la pantalla: tal vez a causa de los treinta años que llevamos asistiendo a su versión en TV, un verdadero milagro en un medio marcado por la fugacidad. Tato, à través de los distintos autores de sus monólogos, sobre quienes influyó, despertando lo más agudo y profundo de sus instintos satíricos-, creó un estilo que le permitió "castigar costumbres riendo" aun en los peores momentos de las dictaduras militares. Leer ahora este primer volumen de Good Show!, que reúne los monólogos del 91, sirve no sólo para reír: es un ayuda-memoria indispensable para refrescar los desatinos infligidos por la política nacional y mundial a un pueblo que ya debería estar reclamando menciones por sus récords de aguante.