SINOPSIS: José Bianco, traductor de este libro y autor del prólogo, nos dice que actualmente goza de tantos lectores como en otras épocas los tuvieron Grimm y Andersen. Su vertiginosa difusión lo llevó a hacerse conocer en veintidós idiomas distintos y fue adaptado varias veces para el teatro y una al cine, en una inolvidable versión de la Metro Goldwin Mayer que tuvo como protagonista a una jovencita encantadora y talentosa que se llamaba Judy Garland. "Los personajes de El Mago de Oz no son puramente fantásticos. Una especie de sensatez, o sentido de lo real, modera en ellos la irrupción de lo maravilloso", dice José Bianco. "En el decurso de una acción que abunda en brujas buenas y malas el Gran Oz, el mago por antonomasia, resulta ser un hombrecito que nada tiene de mago, asistido únicamente por la astucia". "El cerebro no hace al hombre feliz y la felicidad es lo más importante del mundo", dice uno de los personajes de este libro, y quizá esto resuma su más profundo mensaje.