RESEÑA: Mefistófeles representa para Fausto una vuelta a la juventud, le ofrece demostrarle que aún quedan misterios del mundo que desconoce (pensamiento absolutamente absurdo para Fausto) y le devuelve la pasión que lo movía antes de ser el sabio que es al inicio de la obra. Si bien Fausto confía en que podrá dominar a Mefistófeles y manipularlo, la situación termina dándose de manera distinta, es Mefistófeles quien conduce a Fausto según su gusto para que este confíe plenamente en él y se entregue a sus juegos.