SINOPSIS: Este Tratado está destinado a humanizar la maravillosa y casi desconocida humanidad del hombre y la mujer, sin excepción de edades, razas, nacionalidades, ideologías, ni religiones. Por sus bases y principios, su sistematización, contenido y fines, él no tiene precursores dentro, ni fuera del país; tiene doctrinarios eugenistas humanistas, aquí y ahora, pero nuestra escuela y enseñanza no está atada a trabas académicas, ni a concesiones de ninguna naturaleza. Tampoco está a favor, ni en contra de nadie. Ha nacido en el hondón humano para servir la vida objetiva y ética de todos los seres en misión de humanización social. Y está seguro que no morirá jamás, porque responde a un nuevo estado de necesidad humanitaria, y porque tiene el espíritu vivo de toda dimensión mental infinita (la trascendencia), por contraposición a todo esquema finito que sólo produce mediocres, homínidos, antropomorfos y personajes de feria o de la farsa. Lo integran diversos trabajos de investigación y ensayo, correlacionados y sintetizados, que me preocuparon desde la juventud, como producto noble de largas vigilias, de afanosas observaciones sobre la existencia de individuos e individualismos, de instituciones y masas, de pueblos impuros con larga experiencia cosista y demagógica. Ellos persiguen una estructuración humánida de base en los conocimientos empíricos de la naturaleza homínida vulgar, para que nuevos procesos ideativos y morales en la formación, la educación, la cultura, la ciencia y la vida de las nuevas generaciones, sin abdicar del derecho de continuidad histórica ni anular las buenas tradiciones, le impriman al sér un sentido o entendimiento responsable, le den contenido de humanidad vivencia a todos sus potenciales vacíos, le den móviles superiores al cuerpo y al espíritu, y le graven fines trascendentes consigo mismo y con la Humanidad. Ahí se condensan las ciencias, las filosofías, la ética, la estética y la experiencia humano social histórica del pasado y del presente, al servicio de nuevas y verdaderas individualidades, que terminen con los mitos del progreso, de los medios y las formas (la deshumanización y la masificación), y que dé al núcleo familiar social su humanocracia natural, su racionalidad consciente, su autonomía y su universalidad: