RESEÑA: Una lluvia que parece no tener final cae un domingo en Macondo y de la voz de Isabel nos enteramos de la destrucción que dejará en el pueblo, pero también de la distorsión de la realidad que la constancia de las gotas ha creado en la mente de los personajes. La historia es corta y el espacio físico que explora se limita a una sola casa del pueblo, pero mediante los rumores nos vamos enterando poco a poco de los estragos causados: el posible derrumbe de la iglesia, una mujer muerta flotando por las calles y el tren detenido a las afueras.