Cuando Estados Unidos todavía llora la muerte del hijo del presidente por el síndrome de muerte súbita lactante, la primera dama le pide a la periodista Barrie Travis que investigue la muerte del bebé. Escandalizada ante la posibilidad de que el niño muriera asesinado, aunque ansiosa por obtener una exclusiva que le devuelva la reputación perdida, Barrie acepta el reto. Para llevar a cabo la investigación forma una incómoda alianza con un hombre de lealtades divididas que le facilita el acceso a la Casa Blanca, donde descubre terribles secretos que podrían alterar el curso de la historia, si es que vive para revelarlos.