SINOPSIS: La Nardo, como dice su autor, es hija de la luz de Madrid, una hembra de rompe y rasga, una mujer de bandera, una hembra de tronío. La Nardo no tiene nada que ver con la œcocotteâ parisién, inteligente, calculadora y cosmopolita. La Nardo es poco interesada y su universo es Madrid. Es una arrabalera apasionada, que posee una agudeza y un gracejo innatos. Cuenta, sobre todo, con su belleza y su atractivo, que son la esencia de su encanto. Es una pasional, que no se somete a su destino, sino que lo crea. Es una anarquista del amor.