La historia de uno de los textos más populares de Mansilla. Las horas antes de Caseros. El tío y el sobrino comparten una noche estrellada. El autor de Una excursión a los indios Ranqueles supo rescatar las gracias y cosquilleos de una sociedad solemne y pacata que no fue capaz de permitirse sibaritismo alguno. Y para peor, Mansilla tuvo un dilema que le ha costado su natural adhesión a los círculos más estrictamente oligárquicos de la Argentina. Los siete platos de arroz con leche forma parte de las famosas charlas. La pertenencia a la familia Rosas, y el apellido teñido de lealtad al tirano no hicieron mengua en su humor y talento estilístico, en el que el ensamble y fluidez de sus anécdotas no se escinden de los fenómenos mundanos que le provocaban su continuo derrotero por tierras argentinas y europeas: la risa, el desparpajo, la sed de aventuras, las bellas mujeres, la provocación constante, la digresión con estilo y sin falso mohín. La relación con el tío Juan Manuel y su prima Manuelita han cruzado de lado a lado su filosa lengua de sibarita, hasta troncarse en la avara mutilación de la admiración que no puede ocultarse. Ni siquiera con palabras hirientes.