Un grupo de revolucionarios planea y lleva a cabo un secuestro con la intención de conseguir la libertad de sus correligionarios encarcelados; pero se equivocan de hombre. La víctima es Charles Fortnum, un hombre sin ningún interés para el gobierno británico: se trata sólo de un cónsul honorario que vive principalmente del whisky y de su condición de diplomático inglés. Así pues, el azar confierte a Fortnum en preso de un grupo de guerrilleros encabezados por un sacerdote con el que antaño le unió la amistad. La novela se desarrolla en la década de 1970, en la ciudad argentina de Corrientes, en el Litoral de la República Argentina, donde el narrador, hijo de un diplomático inglés y una señora paraguaya, se desempeña como médico y se conecta con la pequeña comunidad de residentes británicos. Las descripciones permiten al lector un acercamiento muy vívido a aquella zona del litoral, a los enfrentamientos políticos y, como suele darse en las novelas del autor, al enfrentamiento interno de un cura católico entre su fe y su actuación en el mundo.