RESEÑA. La novela retrata el ascenso de un grupo de políticos y militantes a las altas esferas del poder encabezados por Anibal Rey, un líder prominente que solo tiene una cosa en vista: alcanzar la Presidencia de la Nación. Un hombre que resigna su vida y sus pasiones en pos de abrazar con fuerza su ambición y trabajar únicamente para ello. Un asceta que vive en la castidad, que solo piensa y actúa en base a su fin último. Una versión criolla de Eugene Rougon pero sin emperador ni nadie encima a quién rendir cuentas... mas allá de los poderes fácticos con los que debe transar para alcanzar su objetivo. La historia transcurre desde la dura y austera infancia del protagonista hasta el momento culminante en el que el propósito máximo de Anibal Rey se pone en juego, pasando por los años de la juventud en los que empieza a militar en el partido y el desarrollo de su carrera. El político prolífico, con el pasar de los años, consigue un ascendiente que lo transforma en una figura única y querida por propios y extraños, aunque en el fondo profundiza su estilo de vida solitario y ascético mas allá de su determinación por escalar peldaños a toda costa. Para la cual utiliza a sus amigos, admiradores, adversarios y pretendientes como meros instrumentos para materializar su objetivo de sentarse en el Sillón de Rivadavia.